23 agosto 2008

Crisis, crisis, crisis, crisis...


Me he desayunado mi par de cafés habituales dando un repasito a varias de las webs que tengo como fijas en mis pautas de lectura (un batiburrillo entre noticias tecnólogicas, algo de política, redes sociales y politiqueo). Me he encontrado con esta noticia en Diario de Sevilla que me ha llamado poderosamente la atención:

El gobierno local se queda sin cobrar para pagar a la plantilla

Resulta que en el sevillano pueblo de Burguillos, a resultas de la crisis que azota a las haciendas locales casi sin excepción (sobre todo aquéllas que usaron y abusaron del ladrilleo en años recientes), ha decidido suprimir los sueldos de los concejales en un gesto por intentar evitar despidos de la plantilla de trabajadores municipales. Un gesto que les honra, todo sea dicho, aunque quizá no tenga el impacto práctico necesario para evitar problemas con el pago de las nóminas, pero en este caso cuenta más la intención que cualquier otro factor entiendo.

En contraposición a esta noticia, y volviendo a la actualidad de Bollullos de la Mitación que tengo bastante abandonada la verdad, en Bollullos se han producido nada menos que 57 despidos de tapadillo. Con esto me refiero a la plantilla eventual del ayuntamiento, mayormente de las brigadas de mantenimiento, a los que no se les ha renovado el contrato de trabajo. Mientras tanto el Equipo de Gobierno municipal continúa con unos sueldos más que generosos (sólo hay que revisar las actas plenarias de asignación por dedicaciones exclusivas, asistencias a plenos, comsiiones de gobierno, consejos de administración etc.) a la vez que el PP, repetimos una vez más, con mayoría absoluta en el Consistorio, mantiene el sueldo a los dos concejales del NIVA, gravando anualmente las arcas municipales con un mínimo de 72.000 euros.

Es necesario denunciar una vez más el sinsentido que un partido mantenga esos sueldos ante una situación de estrangulamiento económico, fruto en parte de su propia gestión paticorta, insostenible y sin miras más allá del ladrilleo. Pero claro, quienes van a sufrir de primera mano las privaciones no van a ser los ediles del Partido Popular, sino las 57 familias que se han quedado sin sustento.

Para más inri, rizando el rizo de la hipocresía y la cara dura, éstos mismos magnates municipales se dedican a extender cortinas de humo con las que tapar sus propias vergüenzas, ya sea con el asunto del colegio público o con cualquier otro asunto que se ponga a tiro de su gestión carente de toda ética, utilizando a su antojo tanto la televisión pública local como la misma publicación escrita del ayuntamiento.

Sólo que tener esperanza de que los mismos ciudadanos de Bollullos se den cuenta de una vez de la ralea que les gobierna.

ACTUALIZACIÓN 30/08/08: Leyendo el Correo de Andalucía, me topo con nuevas sobre la situación en Almensilla, donde el alcalde, tras haber presentado un ERE, renunciará a su dedicación exclusiva. ¿Cundiría el ejemplo en Bollullos? Por desgracia me parece que no.



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