20 marzo 2010

Apología de una red libre de un sociata escarmentado

Desde hace bastante tiempo vengo escribiendo sobre mis desencuentros, cabreos, frustraciones y demás sinsabores que vengo experimentando sobre las posiciones que defiende el PSOE en lo relativo a internet. Uno de esos últimos episodios los publiqué a raíz de la publicación del anteproyecto de Ley de Economía Sostenible, donde se recoge la Disposición Final Primera, ya celebérrimamente conocida como Ley Sinde. Dentro de este frente publiqué mi insatisfacción por el intercambio mediante chat con la Secretaria de Innovación y Nuevas Tecnologías del PSOE, ya que consideré que la respuesta recibida mediante el chat me pareció del todo insuficiente. He de dar algo de crédito a María González ya que ha intentando enmendar el asunto y me envió un email donde se ampliaba dicha contestación. No voy a publicar el contenido de dicho email ya que no he solicitado permiso para ello.

Lo que sí que voy a publicar es parte de mi respuesta posterior a dicho email. Ayer se aprobó en consejo de ministros dicha ley sin que se hayan introducido cambios de ningún tipo en el texto de la Disposición Final Primera. Si bien he recibido algo de escucha activa desde el PSOE, los hechos siguen apuntando a que siguen alineados con la cruzada obsoleta abanderada por las sociedades de gestión de derechos de autor, y no con los ciudadanos. Me da igual que se me tilde ingenuo, utópico o necio. Esta es mi pequeña apología de una red libre. La de un sociata escarmentado y harto de que se hagan oídos sordos con tantas cosas y tan importantes (y los ejemplos son legión últimamente: desde el conchaveo con el PP para evitar una reforma electoral que permitiera mayor pluralidad en las cortes, hasta el vergonzoso silencio con la impunidad de presuntos pedófilos en las redes sociales):

12 de Marzo de 2010

Antes de nada quizá debiera disculparme por el tono ácido que he adoptado de un tiempo a esta parte en los posts del blog. Con total honestidad se debe al inmenso "cabreo" que arrastro ya desde hace bastante tiempo con todo lo relativo a la evolución del marco normativo que rodea a internet. No pretendo polemizar en demasía ni faltar al respeto. Con todo, creo que va a ser difícil que lleguemos a una postura de acuerdo.

La propuesta de la Disposición Final Primera (DF1) comparada con esos tres países que mencionas es claramente más benigna con los usuarios, grosso modo. Eso no tiene por qué significar que una legislación más restrictiva hacia el usuario vaya a ser más efectiva en la defensa de los derechos de propiedad (intelectual). Recientemente leí la noticia de que en Francia la re-editada ley Hadopi ha tenido como consecuencia (según los titulares de la prensa) una subida del 3% de la "piratería" así como borrar de un plumazo nada menos que un 27% de posibles consumidores de "cultura" desde internet

. En el otro extremo de ese espectro normativo podemos mirar también a Islandia que también recientemente ha aprobado un paquete legal realmente progresista en lo relativo al acceso a la cultura a través de medios digitales y de libertades en las comunicaciones
.

Es más que probable que la intención a priori del gobierno no sea actuar ni contra usuarios, ni contra webs, ni contra el polémico p2p; no lo dudo de al menos una fracción del gobierno y del partido. Sin embargo, el problema radica en que el texto abre puertas a actuaciones en esa línea y creo que no necesito enfatizar en cuán importantes son los precedentes en el mundo jurídico. Esa posibilidad está habilitada por la redacción de la DF1 per se, tanto en algunos detalles concretos de la misma (v.g. al especificarse las respectivas misiones de las comisiones a crearse) como en las generalidades que aparecen en otros pasajes del texto (v.g. "lucro directo o indirecto"). El texto es peligroso en potencia y mucho, para el mantenimiento y la ampliación de las libertades en internet así como contra los derechos fundamentales de las personas. Honestamente, y hablo ahora como reciente ex-militante con muchos años atrás de haber estado dentro del partido (y de haberme pateado mucho Ferraz y San Vicente en mis tiempos de "preboste" de las JSA), me podía haber esperado un texto así del PP, pero jamás del PSOE. Choca frontalmente con los principios que se dice defender: no se puede pretender defender la ampliación de derechos (algo en lo que el gobierno ha sido realmente sobresaliente en la primera legislatura) aprobando un texto que no es para nada garantista primero de los derechos fundamentales (y enfatizo, el de propiedad intelectual no lo es) y segundo que restringe precisamente el progreso y el crecimiento de una fuente de conocimiento como es la red.

Estoy totalmente de acuerdo en que, si se considera una prioridad, se amplíe la protección del colectivo de creadores en contra de aquellos que logren un lucro económico ilícito. Sin discusión. La cuestión radica en que desde hace unos años precisamente son los creadores los que han incrementado sus beneficios (que me parece genial, se lo han ganado a pulso) mientras los intermediarios (las sociedades de gestión, discográficas, etc.) han visto sus propios beneficios decrecer. Y por mí que les zurzan: no han creado nada, ni aportan nada de forma directa, son el "middle man" de esta historia que hasta ahora tenía bien montado su cortijo, con la sartén por el mango, y con un volumen de beneficios muy importante y un poder asociado más que considerable. Ellos no son los que crean. Ellos son el equivalente del intermediario que hace que a un agricultor su siembra de tomates apenas le reporte beneficios mientras que a los que van al supermercado les salga por hasta un 300% más de lo que recibió quien en realidad se estaba deslomando en el campo. SGAE, Promusicae, Dama y similares son lo mismo. Y ahora están en pie de guerra en defensa de su caduca visión de la realidad reaccionando en contra de los cambios. No concibo a un gobierno de progreso alineado con esas posturas reacionarias. Es más, no se debe reducir o simplificar el debate a una visión consumista o economicista. Si bien ese elemento es muy importante (al menos para algunos) todo lo que rodea trasciende lo que simplemente puede verse como una oportunidad o un modelo de negocio: esto es una versión con esteroides de la imprenta en cuanto a lo que puede suponer culturalmente para el mundo y sería un error imperdonable limitar un marco de acción, el que sea, a lo que una industria en particular pueda incidir en el total. El debate "industrial" pasa por acabar con el modelo transversal, horizontal y libre que tiene ahora la red hacia otro más vertical donde el capital privado influyera en los contenidos y los accesos de la red, con un planteamiento únicamente económico detrás, viendo a los usuarios como consumidores en lugar de personas. Abundando en el símil de la imprenta y los tiempos renacentistas: no concibo a un partido ni a un gobierno progresista que se opusiera a la impresión de la biblia o a que esta fuera traducida del latín. Los nuevos modelos de negocio adelante. Pero jamás ante la renuncia o pasos atrás en algo tan grande y con tantas posibilidades para el conocimiento como es la red.

El ejemplo que pones de la digitalización de los registros civiles es un buen ejemplo de las posibilidades. Creo que se está trabajando también en una ley de acceso a la documentación pública y lo aplaudo con todas mis fuerzas. Y es precisamente que poniendo esa situación en perspectiva me parece aberrante todo lo que rodea la SD1. Sí, es cierto, se está trabajando en modernizar la adminisración de justicia (y aquí en Andalucía somos precisamente pioneros al haber sido de los primeros en tener un sistema informático que conecta todos los juzgados de forma telemática) pero queda muchísimo que hacer (y no voy a entrar a hacer valoraciones sobre ese sector cavernario de la judicatura que ahora anda desmelando intentando cargarse a un héroe como es Garzón) y esos esfuerzos debieran ir canalizados con una prioridades muy claras: primero a los que más pueden sufrir o más en peligro estén, allá donde los derechos fundamentales estén más amenzados. Y vuelvo a lo de antes: el derecho de propiedad intelectual no es un derecho fundamental según la Constitución. La dotación, mejora, ampliación de medios para los jueces debería estar por encima del resto de actuaciones del gobierno si no estuviéramos en una situación de crisis tan seria como en la que estamos. Ya que no hay tantos fondos vamos a centrarlos en lo realmente importante y no en la salvaguarda de un derecho no fundamental, con una incidencia irrisoria a nivel poblacional (creo que la fracción de "autores" en comparación con los 44 millones de españoles es ínfima y no están precisamente en riesgo de exclusión social). Hacen falta nuevas leyes, y nuevas iniciativas fiscales para salir de la crisis; entonces esforcémonos todos en esa línea y dejémonos de crear un juggernaut legal (y no he querido entrar a comentar el informe de la fiscalía sobre el texto de la DS1 pese a los numerosos tirones de orejas y llamadas de atención que recoge, conste) que no aporta ninguna mejora para la mayoría de la población.

No quiero extenderme mucho más (menudo ladrillo llevo ya escrito). Cierto es que estoy en total deacuerdo con la perspectiva que se plantea por todo lo que acabo de exponer y por más razones: no se debe mirar a esta ley como algo aislado. Es importante ser consciente del contexto en que nos movemos también a nivel internacional. La aprobación del Telecom Package por parte la UE supuso pasos atrás en la línea de la neutralidad de la red (y tenemos aún reciente los desmanes del presidente de Telefónica y las declaraciones del Ministro de Industria, hecho que ha motivado que la acción reivindiactiva "La lista de Sinde" haya sido entregada finalemente en el Ministerio de Industria y no en el de Cultura, acción en la que me he autoinculpado) así como las suecisvas rondas secretas de negociaciones del Anti Counterfeit Trade Agreement (ACTA), cuyo secretismo acaba de ser fuertemente condenado desde el europarlamento, iniciativas todas éstas enfocadas desde el punto exclusivamente monetario: internet sólo como negocio. Hay mucho más en juego y por ello, por el momento, mi primera propuesta sería que se retirara la DS1 de la LES, una ley maravillosa si se retirara esa diposición, una ley imprescindible para empezar a cambiar no sólo el modelo productivo de "pelotazo", "ladrillo" y "el que venga atrás que arree" que tiene nuestra decimonónica "casta" empresarial sino para cambiar la misma mentalidad del tejido productivo de este país que, aún a día de hoy, sigue teniendo más de pandereta que de microscopio o de aerogenerador (por mucho que me indigne y avergüence admitirlo).

Estaré encantado de poder debatir esto y lo que haga falta. Claramente los 140 caracteres son irrisorios cuando lo que se intenta transmitir o explicar tiene tanta complejidad como lo es este intercambio. Soy de los que ha abandonado el redil socialista fundamentalmente por el entramado legal que se viene cocinando en torno a la red, aunque mis puntos de crítica o de fricción pasan por muchos más asuntos. No me gustaría de verdad verme en 2012 terminando por votar al PSOE por evitar que la carcundia gobernara de nuevo en España o por primera vez en Andalucía, sino por convencimiento de que esas siglas defienden y están comprometidas por el progreso, la valentía y la libertad en todos los campos
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Soy persona. Soy humano. Soy ciudadano. Soy socialista. Y estoy huérfano de referentes válidos. No quiero que se me contabilice como consumidor, voto, usuario o internauta. A día de hoy, 20 de Marzo de 2010, puedo decir que no volveré a votar al PSOE.