Creo que cualquier persona, con o sin el debate de anoche, simplemente revisando hemerotecas, se dará perfecta cuenta de dos puntos muy esenciales: el primero, que España no se merece una oposición como la del PP y, segundo, que mucho menos puede permitir a estos energúmenos de la derecha amontunada vuelvan al poder. Y es por esto por lo que nadie puede quedarse en casa el nueve de Marzo, porque ya es hora de dar una lección de democracia a estos cenizos predicadores del odio, valedores de cualquier táctica por sucia que sea con tal de hacerse con el poder. Los compañeros de Madrid Progresista acaban de publicar un pequeño escrito que ilustra a la perfección el deber de todos de ir a votar el domingo 9 de Marzo y poner a los señores del PP donde les corresponde: en una oposición debilitada que fuerce de una vez un relevo tanto generacional como ideológico dentro del principal partido de la oposición y que, así, se ponga al día de cara a la sociedad moderna que es España.
“Estoy
preocupado, muy preocupado por las próximas elecciones. Hay
posibilidades ciertas de que Rajoy, Acebes, Zaplana, Del Burgo y sus
semejantes vuelvan al poder. Hay posibilidades de que quede establecido
que la política que han llevado a cabo el PP y la Iglesia estos últimos
cuatro años es rentable en términos electorales. Hay posibilidades de
que se demuestre que la forma de actuar de medios de comunicación como
la cadena COPE, los diarios El Mundo y La Razón y la web Libertad
Digital es la adecuada para obtener la victoria en unas elecciones.
Puede ocurrir que los resultados del próximo 9 de marzo muestren que la
estrategia de mentiras, calumnias y violencia verbal que hemos visto a
lo largo de toda esta legislatura es la adecuada para llegar al
gobierno de España.
Sería espantoso que
esto ocurriera. Sería espantoso que quienes durante los últimos cuatro
años han recurrido a las bajezas más inimaginables para agitar a la
opinión pública consiguieran su objetivo. Y pueden conseguirlo. Pueden
lograr volver al poder gracias a todas las mentiras sobre los atentados
del 11-M, al repugnante uso que han hecho del problema del terrorismo,
a las patrañas que han difundido sobre la asignatura de Educación para
la Ciudadanía, al alboroto que han orquestado contra la extensión del
derecho del matrimonio a la totalidad de la población, a toda la basura
que han arrojado contra prácticamente todas las instituciones del
estado.
Lo peor es que si
consiguen volver a gobernar en nuestro país será gracias también a una
parte de la izquierda, gracias a esa izquierda que prefiere quedarse en
casa el día de las elecciones rindiendo homenaje a su propia pureza
ideológica, a esa izquierda que el 14 de marzo de 2004 encontró motivos
para salir a votar, pero que parece haberlos olvidado.
Le tomo la idea
prestada a Almudena Grandes: si te consideras contrario/a a lo que en
los últimos cuatro años han venido haciendo y diciendo el PP, la
Conferencia Episcopal, El Mundo, La Razón y Libertad Digital, pero la
idea de votar a la izquierda parlamentaria te provoca algún rechazo,
ponte el 9 de marzo por la mañana delante del espejo y repite en voz
alta: “No me importa que el PP gane las elecciones; me da absolutamente
igual que Rajoy, Acebes y Zaplana gobiernen el país en el que vivo.”, y
luego abstente de votar.
Si por el
contrario prefieres que la estrategia de la deslealtad democrática, la
calumnia, la mentira y la incitación al enfrentamiento fracasen en las
próximas elecciones, te propongo que intentes animar a todos tus amigos
y conocidos de izquierda a que vayan a votar”.
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