Y es precisamente en todo ello donde veo la principal y prácticamente única flaqueza del programa electoral socialista. Respaldado por 4 años de gestión, 4 años en los que el Gobierno de Zapatero ha ido cumpliendo su programa electoral de 2004 tanto como las circunstancias lo han permitido (y se ha cumplido muchísimo programa), el PSOE lanza una nueva batería de iniciativas que me atrevería a llamar integrales, en tanto en cuanto el conjunto de las mismas alcanzan todos y cada uno de los aspectos, no sólo de nuestra vida cotidiana, sino y al mismo tiempo de aquellos aspectos que influyen en nuestra vida a largo plazo. Sin miedo a ser triunfalista creo que estamos ante el mejor programa electoral jamás realizado en la historia democrática de España, un programa que lejos de ser un simple papel que quedaría olvidado una vez se alcanzara el poder, viene cimentado por en equipo con muchísima credibilidad y capacidad de trabajo como es el Gobierno de Zapatero.
Pese a todo esto mis miedos radican en la estrategia de la derecha amontunada que sufrimos en este momento en España. Una derecha que, como se ha mencionado por varios de los ponentes de la Conferencia y con los que coincido plenamente, utiliza el miedo como principal arma electoral. Es ese miedo y alarmismo casi primigenios, en los que no se muestran datos concretos, no se realizan análisis con solidez, sino la sorda cantinela de que “todo va mal” o “toda la culpa la tiene ZP”. Y ese miedo, queramos o no, precisamente por ser un resorte inconsciente dentro de nuestras mentes puede que sea mucho más efectivo de lo que a primera vista pueda parecer. Sólo hace falta echar un vistazo al mensaje uniforme del PP en estos cuatro años, en su deriva hacia la derecha más extremada (tenemos al señor Fraga nada menos clamando porque su partido se modere), con mensajes prácticamente vacíos, huecos de contenido en un martilleo incesante de alarmas y “que viene el coco” voceado servilmente desde sus medios de comunicación afines y no tan afines.
Pese a todo tengo confianza, no sólo en la capacidad del equipo reunido por el mismo PSOE y en las propuestas presentadas, sino en que la sociedad española escarmiente de una vez a estos fantasmas del pasado, estos Zaplanas, Acebes, Rajoys y Aguirres, con una muestra decidida de la madurez de todos los españoles y de creencia en nuestras propias posibilidades como nación, como individuos libres y capaces de mirar adelante sin miedo, sin achantarse ante ningún reto. Es imprescindible, por la misma salud de nuestra propia democracia, que el PP se modernice, suelte el lastre que supone su propia cúpula directiva (más similar a un festín de buitres que a un equipo de trabajo en la actualidad) y ponga de una vez los pies en el siglo XXI. Por el momento, de todos modos, parece que habrá que esperar otros 4 años para que el PP salga del armario de la derecha amontunada y se convierta en una alternativa seria y moderna a un PSOE más sólido que nunca.
PD: Por cierto, para un buen vistazo a las interesantes conclusiones de la comisiones el mejor enlace es el blog de Javier Callejón (nos vemos en Granada).