Me he encontrado con un debate muy interesante a raíz del último globo-sonda emitido por el presidente adjunto del gobierno, Pepiño Blanco. Ayer aparecía en la edición digital del El Pais la noticia en cuestión en la que Blanco lanzaba el gambito de una nueva subida en la presión fiscal con la excusa de homologarla a los niveles europeos.
A este respecto, es decir, a lo sesgado e interesado del planteamiento del ministro, Rosa María Artal respondía de forma muy acertada en escolar.net poniendo de manifiesto el cúmulo de factores adicionales a homologarse al margen de una subida de impuestos. La argumentación que pone de manifiesto los argumentos falaces del ministro es categórica.
A raíz de la publicación se abrió un pequeño debate a través de Facebook que, cuando menos, me dejó ligeramente sorprendido por la argumentación esgrimida por parte de una persona. El enlace de El Pais fue colgado por Memoria y desde ahí comenzamos los comentarios. Voy a entresacar la secuencia que no termina de cuadrarme, respetando ortografía y puntuación:
PC: El día que soltemos la pandereta y le demos una patada al "pelotazo" podremos empezar a soñar con "homologarnos" realmente con Europa. Cualquier cosa que se diga antes es una cortina de humo para volvernos a crujir (como con el redondeo de los precios a la entrada del euro, o este mismo globo-sonda para crujirnos a base de impuestos).
7 años que me pasé currando en Inglaterra y ni color el poder adquisitivo que tenía allí comparado con la porquería que tengo aquí desde que me volví hace 3 años. Y eso que allí me retenían, cuando menos, un 24% del sueldo en impuestos.
MC: @Pablo no soy ni economista, ni periodista, ni tengo ninguna carrera universitaria, pero no hace falta ser un lince, con viajar más allá de nuestras napias, uno se da cuenta de todo. Insisto estoy hasta la peineta de homologaciones pero mejor la "neurona", está chirriante del todo, no la de uno, no .. la de los 400 pulpos!
AY: para Pablo castaño. Si, muy buen artículo pero ¿sanbes lo que siempre he pensado?, que si nops dejamos lelvar por todo lo qeu nosdice la presa, por estadísticas hechas, no me extraña que nos puedan tomar el pelo lo que les de la gana, se deicr. Que yo, ahora como gobierno, como se que estais al tanto de todo lo que dice en la presa, saco la noticia del siglo, os veo a todos ¡¡ bien por fin¡¡¡m, y mienrtas me frotos las manso diciendo: que sigan esperando.... el problema de muchos españoles es que se creen todo lo que primero les cuenta, sin por lo menos saber las cosas por si mismos. Esto se lelva diciedno años y años siguen pasando.... Cierto es que la economía sumergida de españa es lo que lleva a la pata coja "que no salgan las cuentas", pero sinceramente.... no les interesamos, esa es larespuesta. De la misma manera que todo el mundo se piensa que hacer fructuificar Africa, es una remendidad en pleno desierto... pero todo el mudno se olvida como se edificó la ciudad de las vegas en pleno desierto... o como que es imposible y muy muy difiicl, hacer fructificar un país pobre.... per otodo el mudno se olvida que America estaba en sus tribus cuadno aquí ya pasamos la edad media, y que en unos poquitos de años nada mas desde 1492, Amrica conquistada hoy día nos sobre pasa a los conqujistadores en Potencia Mundial... Sinceramente... la prensa, nos está diciedno lo qeu ellos quieren que oigamos, y la gente como boba, publicando ¡¡ el PSOE ah dicho...¡¡¡ ¡¡El PP ha dicho....¿¿¿¡¡¡¡., nuestro goierno sabe perfectamente los pepeles que tiene como peones movilizadores, tomaándoles el pelo como les da la gana... España no fructificará... porque mientras siendo "pobres" la cosa no vaya del todo mal, p¿para que esforzarse?... lo digo, America conquista depsues, nos sobre pasa en potencia mundial... La ciudad de lasvegas en pleno desierto fructificó, para que vamos a dejar que lo haga africa y nos como tambien como potencia mundiuall..... el gobierno sabe perfectamente, qu elso fanaticos seguidores les apoyaran les echen lo qu les ehceh... son sus peones en el tablero... españa no fructificara, porque estando como esta, auqneu sea un poco mal, a ellos , les va bien....
PC: Para Ana.
Realmente no llego a entender lo que quieres decir. ¿Partes de la premisa de que es la prensa la que publica informaciones interesadas? Claro que sí, y mayormente respondiendo a los mensajes interesados de parte de los partidos mayoritarios y grupos empresariales, ninguna sorpresa ahí. Lo que ocurre es que tengo la buena, o mala, costumbre, de intentar contrastar las informaciones y aprender a leer entre líneas cuando alguna lumbrera política se decide a pontificar sobre temas europeos. Las cifras están ahí (puedes consultar con Rosa María Artal, la autora del artículo, que de seguro sabrá detallarte las implicaciones mil veces mejor que yo) pero por encima de que esas cifras puedan resultar más o menos sangrantes, me baso en comparar mis años trabajando en Reino Unido y en España, y el abismo existente entre ambos países a muchísimos niveles, desde el nivel de algunos servicios (excepción hecha de la sanidad pública y los ferrocarriles, en los que España es muy superior), carga impositiva del estado, cultura empresarial y, sobre todo, calidad democrática. No vengo a decir que el sistema o la sociedad británica sean perfectos, ni mucho menos, tienen problemas muy serios de competitividad y educación, de una parte, y de credibilidad política en estos momentos, y con todo, seguimos a años luz de distancia de ellos en cuestiones clave. La responsabilidad de ese abismo cae, en parte, en nuestra clase política, anclada en el cortoplacismo, el “y tú más” y el marketing electoral de cara al siguiente compromiso electoral en lugar de en la anticipación de problemas y la mejora de cuestiones fundamentales. Aquí se hace poco y la mayoría de las veces se hace mal. No se puede despachar tan alegremente dos problemas extremadamente graves para España como ese 20% de economía sumergida o el creciente desencanto por una clase política inoperante (que es parte del problema, no nos olvidemos de ello).
Precisamente esta clase de información es la que no llegará al gran público precisamente porque no interesa ni a unos (PSOE) ni a otros (PP) porque viene a destapar sus vergüenzas en tiempos de crisis: el modelo de ladrillo del PP era “pan pa hoy y hambre pa mañana” y el PSOE no es capaz de de apostar con decisión por una alternativa por miedo a costes electorales y vive en una permanente huida hacia adelante desde 2008.
Este tipo de información, que pone de manifiesto la ineptitud del bipartidismo en España, no conviene ni a poder político ni a poder económico: mantener la calma social con un 45% de paro juvenil es un acto de maestría en el arte del aborregamiento de las masas (sobresaliente para los partidos mayoritarios en esa asignatura). Reformar la ley electoral, mejorar con decisión la educación y el acceso al conocimiento, mejorar la competitividad, apostar fuerte porla investigación o poner la lucha contra el fraude fiscal como prioridades absolutas no están en las agendas. La única diferencia entre ambos partidos es el pudor: el PP pasa directamente del asunto sin rubor alguno y el PSOE intenta maquillar los recortes como si encima nos estuviera haciendo un favor.
Aún en este momento no consigo entender el argumento de AY. O, quizás, es que no quiero creerme que se me presente el escenario de abrir una crítica a la situación nacional como un método (interesado o no) de hacerle favores a la buitrera cavernaria. Si ése fuera el caso, viene a ser otro síntoma de la poca calidad democrática de este país, identificándose crítica a una gestión a todas luces deficiente con servilismo a los intereses del otro partido mayoritario. En realidad, resulta doblemente triste y preocupante, al considerarse como punto de partida exclusivista el bipartidismo actual. Muy bien lo han venido haciendo desde las salas de máquinas de Ferraz y Génova para que esa idea sea tan rápidamente adoptada. Como mencionaba en el comentario, de sobresaliente, en especial considerando que la negativa a la reforma de la Ley Electoral ha sido de los pocos puntos de acuerdo unánime entre PSOE y PP a lo largo de la legislatura.
Mi conclusión es muy sencilla: ambas fuerzas están comprometidas a no cambiar nada con el fin de mantener el actual statu quo que sólo beneficia a sus propias estructuras de poder. Profundizar en el proceso democrático fomentando el pluralismo político, facilitando el enriquecimiento del debate en nuestros órganos de representación parlamentaria choca frontalmente con esos intereses.
A todo esto hay que sumar el segundo dato de interés que me he encontrado durante el fin de semana: las alarmantes cifras de paro juvenil en España. Como muy bien recogía Roger en su artículo, es chocante la total ausencia de movilización ante estos datos. Es impensable que un sistema esté condenando a una generación completa y que este mismo segmento de edad no reaccione en absoluto, más allá de la queja delante de una tapa en un bar.
Y aquí es donde encuentro el nudo gordiano. Si padecemos una clase política inoperante (ahí están los últimos datos del CIS que la refleja como el tercer mayor problema y subiendo), una crisis económica aguda, un desempleo elevado, y el sector de población en teoría más dinámico totalmente anclado en el desencanto y en la indolencia, tenemos un gravísimo problema de decadencia democrática.
Nos encontramos con unas estructuras de poder realizando los ajustes mínimos necesarios para conservar su posición a la vez que maniobran para evitar cualquier tipo de renovación real, condenando al sistema político español a convertirse en un pantanal asfixiado por las propias miasmas generadas por los aparatos de los partidos. Paralelamente se atonta y se distrae al sector demográfico que más demandas tendría y debiera plantear.
Los prospectos ante este escenario no se me antojan nada buenos y de ninguna manera deseo caer en el tópico de que una rebelión pudiera poner remedio a esto: esos tiempos pasaron y no creo que vuelvan (para bien o para mal). Con todo, el problema sigue estando ahí, pudriéndose, y sin la voluntad y responsabilidad política necesarias por parte de quienes deben ejercerla, poca o ninguna solución se me ocurre.